divendres, de maig 29, 2009

Muajaja



Cuando menos se lo esperen...


Ayer caminando hacia mi clase de yoga, pasé por una casa en cuyo porch había un gatito negro, peludito, con un saquito de tela polar. Quería hacerle upa, abrazarlo y darle un beso, de tan monono que estaba vestido. Él no era de la misma opinión y ni bien vio la intención en mis ojos, dio un paso atrás. Decidí dejarlo tranquilo y además iba a llegar tarde. Pero siempre tendré en mi memoria al gatito negro con saquito de tela polar.


Ya empecé el trámite para mi libreta universitaria. Ya casi que no soy inmigrante ilegal ahí dentro.