dijous, d’abril 30, 2009

Odio que corten la cotidianeidad del transporte público, embrollo en Capital City

Por fin se siente como otoño, las hojas siguen cayendo, a pesar de haber muchos árboles verdes todavía... Hay nubes que van y vienen, y sol. Menos de 20 grados. Y yo con un resfrío que hace que todo se sienta mucho más abril, a pesar de ya ser casi mayo.
Y a todo esto, llegar tarde, llamar a alumnos y que no te atiendan, y pensar "Casi casi que no hay clases, seguro". Hablar con madre para que ayude con todo esto. Madre habla con Las Heras y le dicen que quien quiera unirse puede pero que la sede está abierta, que puede haber clases o no. Y yo que no sé. No sé si darme por vencida y no ir, si ir y tener clases y llegar tarde por haberme retrasado en primer lugar, por el transporte público en segundo lugar, ir y que no haya clase y perder 3 horas de mi vida viajando por nada. Yo diría que no vayas, dice madre. Mandá un mail a los profesores. Puedo recuperar escultura a la mañana, lo que implica volver a ver a Marce, pero también faltar a Yoga y hacer triple turno en la facultad, es decir, desde que habren sus puertas hasta que las cierran conmigo adentro, y no sé si es lo que quiero hacer. Y la verdad es que a esta altura ya no voy a ir, porque no llego a la primera clase, porque no tengo muchas ganas, pero la culpa me carcome, para variar, y no voy de todas formas. Pero pensándolo dos veces, no tengo ganas de estar 15 horas en la facultad el jueves que viene. Y pensándolo dos veces, quién tiene ganas de viajar tanto. aunque una vez allá esté todo bien, total me van a buscar. No voy a ir, no. Decidido. Pero...

1 comentari:

Anònim ha dit...

Mm, esa falta de certeza y cosas así es horrible, y esos sacrificios .. asd

(?)