dimarts, de febrer 03, 2015

Un repasito de Enero*

Que, al igual que los repasos anuales, está basado prácticamente en lo que vi de series y/o películas porque mi vida no es tan interesante y la mayoría de mis emociones están provistas por la industria del espectáculo.

Me pasé enero mirando “la tele”, no precisamente el aparato, pero digamos que producciones televisivas.

Empezaré por Garth Marenghi’s Dark Place.Esta serie fue una de esas cosas a las que una llega por casualidad. Básicamente, pelotudeando. Me encontré en tumblr con esta imagen:

Lo cual me causó gracia y curiosidad por saber de este personaje de R. Ayoade que desconocía. Afortunadamente, habían tagueado la serie y con solo copypastear el nombre me enteré que fue una serie de temporada única, esas temporadas muy ridículamente inglesas de 6 episodios. “You got me at one season”, pensé, y me la bajé. La serie viene a ser un falso programa (que asumo de los noventa) que recupera del olvido una falsa serie ochentosa, protagonizada por Garth Marenghi, un falso escritor de novelas de terror. Este señor presenta cada uno de sus episodios, leyendo fragmentos de sus falsas novelas. Lo único de terror es su capacidad literaria y sus dotes actorales. Cada tanto, estos falsos episodios son interrumpidos por entrevistas a los falsos actores de la falsa serie, al estilo de comentarios del dvd. De ahí viene la imagen de arriba. Es muy graciosa, ridícula, con efectos espantosos y calidad pésima de video y edición, porque parece que así se hacía en los 80. Para mí el gancho estaba en ver varias caras conocidas y queridas, como las de Richard Ayoade, Julian Barrat o Matt Berry, que tal vez recuerden de series como The Mighty Boosh o The IT Crowd. También hacen cameos Noel Fielding y Stephen Merchant. Para quien tenga ganas de verla sin tener que bajarla, está completa en youtube y hasta se consigue con subtítulos en español. Vale la pena, ¿cuánto te puede llevar? Una tarde de sábado de esas que ya te cansaste de ver episodios viejos de los Simpsons o se cortó el cable.

Seguiré con American Horror Story.
Me vi las cuatro temporadas existentes a lo largo de este mes. Y creo que es la primera cosa de “terror” que veo a propósito en mi vida. Y convengamos que sí, es “terror” entre comillas porque a medida que avanzan las temporadas ese factor se va lavando.
No voy a hacer un detalle de cada temporada porque se haría todavía más extenso de lo que ya es y porque no tengo ganas. Puedo decir que el primer episodio de la primer temporada fue el que me asustó, básicamente porque manejaron bien el suspenso y porque querían vender bien la idea. La segunda temporada en su momento me pareció desagradable en modo “asquito” y nunca me gusta ni leer sobre posesiones demoníacas ni exorcismos porque me da miedo en serio, pero en sí el argumento general me gustó. La tercera temporada fue la que más me gustó de todas porque brujas y eso, peor convengamos que el “terror” se lo llevaron a marzo. Y la cuarta, bue. De cuarta (a ja ja qué graciosa soy). En serio, me aburría y me daba sueño y miraba los capítulos de a pedazos porque me quedaba dormida.
¿Qué por qué me propuse ver algo que en teoría daba miedo si siempre le huyo al género? Para variar, por un señorito:

Terminaré con Galavant.
No entiendo mucho por qué las productoras televisivas trabajan de la manera en que lo hacen, pero en diciembre las series que venían siendo emitidas se toman un descanso y no vuelven hasta empezado el año siguiente. Y a veces ni eso, si en esa primera mitad no cerraron los números, probablemente sean canceladas. Ese tipo de funcionamiento es el que tiene Once Upon a Time, que ya no me acuerdo si terminó en noviembre o en diciembre, pero no vuelve HASTA MARZO, lo cual me parece una barbaridad pero bueno. Por este motivo, se hacen series cortas para rellenar esas semanas en las que las series principales no están, y ese es el caso de Galavant, de la cual me enteré justamente por la página de OUAT.
La verdad que la estrategia de venta de la serie era muy atractiva y los teasers cumplían su cometido y muy contenta estuve esperando su estreno. La serie, como expliqué a todo el mundo, es una especie de Shrek pero con personas y más canciones. Sí, es un musical, y es un estilo de parodia de las historias caballerescas en la onda Robin Hood y así: rey malo que se roba a la novia del caballero y caballero que va a rescatarla. El problema está que la novia del caballero prefiere quedarse con el rey malo por la plata, aunque no lo ame. Y ya para entonces nos damos cuenta que tampoco amaba al caballero. El caballero entra en un estado depresivo, no se baña, pierde su estado físico y así, hasta que llega una dama en apuros y medio que lo empuja a que la ayude y ahí empieza la historia en sí misma y dejo de contar. Al principio toda la escenita del musical y los bailecitos me daba casi vergüencita y pensaba que mejor estaría la serie si fuera animada, pero con el paso de los episodios mejora o una se acostumbra, pero el tono cómico y los buenos diálogos y canciones están presentes siempre. Acá también aparecen caras conocidas, y seguro que hay más de las que yo conozco, pero entre los que fui reconociendo están Ricky Gervais, Hugh Bonneville, Weird Al, John Stamos, Vinnie Jones, Sophie McShera (Daisy de Downton Abbey), Darren Evans (Danny de My Mad Fat Diary) y esta semana me vine a enterar que el personaje de Sid, el escudero de Galavant, es nada más ni nada menos que el entonces pibito que hizo de Lee Jordan en las primeras pelis de Harry Potter.Otra serie que vale la pena ver y que no llevaría más que una tarde de sábado (8 episodios de media hora). Así que ya tienen dos tardes de febrero ocupadas, de nada.
Terminamos por hoy con uno de mis momentos favoritos de Galavant:

*sé que en español los meses del año no van escritos en mayúsculas, pero igual me copa más. Le da como más importancia. Aguante el español, igual. Qué ganas de escribir Español, pero bué…