dilluns, de juliol 04, 2011

Estadísticas

De 34 entradas en lo que va del año, sólo 2 tuvieron la gracia de recibir un comentario. Lo cual me sirve para comprobar efectivamente lo que me comentaron en el del otro día, lo que leí en un blog y lo que me pasó a mí misma ahora que descubrí el beneplácito divino de recurrir a esta herramienta: el reader mató al comentarista. A los de este humilde espacio, al menos. El reader y el facebook.
En fin...

Pero, haciéndome eco del último comentario recibido y, por lo tanto, A PEDIDO DEL PÚBLICO, se abre la temporada del refrito. A mí me da menos que pensar y me saco las ganas de actualizar el coso este más seguido.
Bueno, pero resulta que: lo que me puse a leer hace unos días me daba risa porque hacía mucho que no lo leía. Lo pasé así nomás por encima hoy y ya no me causaba tanto chiste. Porque lo que hacía la mayor parte del tiempo era quejarme. Para el lector interesado: los archivos del 2008 y una parte del primer semestre del 2009 son un libro de quejas de mi vida cotidiana. Los grandes tópicos suelen ser: ganando por goleada, la facultad, seguida de cerca por el transporte público, el calor, otros. El 2009 tiene bastantes fotos. Y fue en ese año también que empecé con la onda de transcribir fragmentos de los apuntes que leía. Cosa que en lo que va del año en curso es lo que hice en la mayoría de los casos, aunque ya no de apuntes. No me gustan las dos oraciones que acabo de escribir pero no me dan ganas de repensarlas ahora. Pensé que repetía palabras pero no, suena mal otra cosa. No importa.

Y así, en este acto solemne, damos por iniciada la Honorable Temporada de Refritos con un clásico emitido el día 23 de noviembre del año 2008:

Título: Kablam!

Supongo que a nadie le habrá pasado, pero esta mañana estaba grabando una fotos en un cd y el cd en cuestión explotó adentro de la disquera. Está hecho trozos allí dentro y no puedo sacarlo.

La historia detrás: el CD era de mi madre y allí quedó. Estuvimos no me acuerdo cuánto tiempo sin grabar ni sacar nada de la PC. Luego vinieron los pendrive y sacamos los archivos para pasarlos a una CPU nueva. La vieja quedó para la compu que en teoría mi madre llevaría a su nueva habitación. La mandaron a un técnico, sacaron los restos pero la grabadora ya no funcionaba.