dimecres, de juliol 29, 2009

Hay momentos en los que ahorcaría a mi hermano, por forro, sin compasión alguna. Uno de esos momentos fue hoy a la madrugada. Últimamente, en vez de dormir de un tirón de la noche a la mañana, estoy teniendo periodos de sueño intermitentes. Entre los sueños intermitentes de ayer-hoy, no dejaba de escuchar la radio, prendida en el living. Cuando ya se hizo imposible retomar el sueño, y medio que ya me ponía a cantar "no te preocupes Paloma, no hay pájaros en el nido" me harté, me encabrité y como no quería salir de la cama porque hacía frío y porque mi gata estaba durmiendo al lado mío y si me movía la despertaba, cacé el celular y miro la hora: 04:17. Murmuré hijo de puta y llamé a mi casa. Atiende mi hermano y no sé si dijo hola o qué, pero con todo el odio que puede tener mi voz a las 4 de la mañana acostada en la cama le dije "Fabrizio bajá la radio que son las 4 de la mañana". Se baja la radio. Imposible conciliar el sueño, de todas formas.

Creo que debería haber empezado antes a releer Harry Potter 6. A este ritmo, que me duermo en la cama, no voy a llegar ni a la mitad antes de ver la película.

Hoy a las 8:30, cuando me levanté a desayunar con mi mamá, me dice que la había despertado cuando llamé a mi hermano. "En mi pieza también hay teléfono", me dice. Claro que ya sabía yo, pero también sabía que si no la despertaba, se iba a levantar para ir al baño y lo iba a cagar a pedos a mi hermano tarde o temprano, por estar con la radio fuerte y en la computadora a tales horas matinales. Que yo la haya despertado solo apresuró el trámite. Y me di el placer de escuchar a mi madre retar a mi hermano. No hay placer igual cuando sé con certeza que se lo merece.