dilluns, de juny 11, 2012

Postales

El 11 de noviembre de 1907 Roberto J. Payró dedicó su columna en el diario La Nación a la misma temática. en su nota "Postales" reunió algunos datos interesantes para dimensionar el fenómeno junto a una jocosa crítica de la moda.

"...se observan en las calles más centrales de la capital las numerosas casas de ventas de tarjetas postales, muy arregladitas, muy cucas, y lanzando a la acera torrentes de luz, como una joyería" (Payró, 1908:244)

Payró afirma que la colección de postales es "hija legítima del álbum, donde se reunían autógrafos y escritos de personalidades. Consecuentemente, centra su crítica en la imposición de una escritura breve al modo de aforismos (en las casas de postales se vendían pequeños libros con frases para las tarjetas).

"El álbum, que floreció en tiempos remotos, tenía la ventaja de no exigir, como la tarjeta, una síntesis, un pensamiento completo en pocas palabras, obra difícil, si no imposible, para la generalidad. en la hoja del álbum cabía todo. En la tarjeta hay que realizar la hazaña que consistiría en demostrar ingenio con una simple frase ante corros de desconocidos, al pasar, una vez tras de otra vez sin otro antecedente ni preparación que la frase misma.

De ahí que la postal tenga tantos enemigos: a nadie le gusta decir pavadas a sabiendas. De ahí que el bello sexo se empeñe en sostenerla, [...]. La malicia femenina es la que sostiene esos terribles arsenales para su guerra de encajes al sexo enemigo. Allí están sus armas de dos filos: por que en una tarjeta postal o se le rinde culto confesando su victoria, o se pierde la batalla con el desastre del ridículo" (Payró, 1908:244-245)."

Carlos Masotta, "Representación e iconografía de dos tipos nacionales. El caso de las postales etnográficas en Argentina 1900-1930", en Arte y antropología en Argentina. Fundación Espigas, Buenos Aires, 2004.

Malicia femenina, muajaja.