diumenge, de gener 24, 2010

Mis sueños locos se han multiplicado en el último mes

En dos de ellos hasta hablaba en inglés y todo (esa es la parte loca).
En uno de ellos estaba en Londres, participando de algo así como una Amazing Race, pero individual. No sé qué tenía que buscar, a dónde tenía que ir, pero igual todos corríamos y urdíamos estrategias (también tuve varios sueños en los que corría, me despertaba medio agitada). El tema era que a veces como que necesitabas de otras personas pero a la vez no se podía confiar en nadie. Recuerdo que nos hicieron alojar en un hotel y yo estaba llevando mi bolso y no sabía dónde dejarlo y quería esconderlo y que nadie lo viera porque tenía unas pistas o algo así. Y bueno, lo dejé ahí, al lado de un armario porque no sabía dónde esconderlo. En esa habitación había un chico re lindo (la mayoría de los personajes de mis sueños son personas inventadas... una lástima) pero a la vez era como mi contricante, así que medio que lo odiaba medio que no. Me acerco a la ventana desde allí se veían dos jardines de dos casas de esas tan inglesas. Victorianas, o como se llamen. Y de lejos pero no tanto, casi como si estuviera a la vuelta, se veía el techo de una construcción que se me hacía familiar. Digo -o pienso- "Me recuerda al Museo Británico" y me di cuenta de que era el Museo Británico y entré en euforia y medio que salí corriendo para allí a la vez que pensaba que iban a pensar que soy una fanática de los museos. Un poco de razón tendrían, pero no quería que los supieran.
Bueno, y llegué al museo y pasé por una ventanilla como para sacar la entrada y me pideron el pasaporte para no sé qué algo e un número pero yo ya lo tenía al número porque ya había ido al museo una vez. Bueno, y hablaba y hablaba en inglés y yo le entendía todo pero me aburría y quería entrar al museo, así que no le prestaba atención y sólo asentía con la cabeza.
Entro al museo y había un montón de gente apiñada frente a una vidriera en la que había un tipo disfrazado de faraón haciendo algo así como la danza del vientre. "Este museo está decadente" pensé. Y seguí de largo.
Y no sé qué es lo que sigue, si cuando llegué a un distribuidor como el del Museo de Ciencias Naturales de La Plata y pensaba que bueno, ahora realmente voy a ver lo que la pena y hace al museo lo que es, o cuando llagaba a ese gran salón que albergaba una especie de exposición llena de stands repletos de golosinas.

1 comentari:

Anònim ha dit...

Hace varias noches que no sueño. Quiero sueños así, locos y sin sentido y en lugares geniales y con magia o ninjas o Doctor Who.
Lo de entrar corriendo al museo fue genial XD Suelo pensar esa clase de cosas cuando me emociono mucho por algo y me da miedo que se me note demasiado :)